19 nov 2011

Eco

He descubierto que hay eco en el local.
El sonido rebota por las paredes y las ondas se mezclan y vuelven a rebotar una y mil veces.
Llevo horas observando el fenómeno y creo que soy capaz de distinguir los caminos que recorren las ondas en su ir y venir. Hay objetos en el bar que las intensifican, hay otros que las amortiguan.
No hay nada como el silencio para poder escuchar las cosas atentamente.
Si me fijo bien, seguro que podría parar alguna de esas ondas con la mano e interrumpir el eco. Pero hoy no me siento Dios. Voy a aprovechar el insólito eco del bar para cantar a la libertad.

Lascia ch´io pianga
mia cruda sorte,
y che sospiri
la libertà;