17 may 2011

La primera palabra de cada frase

Hoy no encontraba la manera de empezar, me faltaba la primera palabra de cada frase.
Ha sido uno de esos días incompletos en los que te invade la terrible sensación de que está a punto de suceder algo importante en tu vida y que no vas a estar presente. Falta algo, estoy convencida de que he olvidado echar azúcar al café, ponerme los calcetines del mismo color o apagar las luces del coche al dejarlo aparcado. Sin embargo, el café tenía el justo toque de dulzor de cada mañana; después de comprobar por tercera vez mis calcetines, debo confirmar que desde esta distancia parecen ser una pareja perfectamente conjuntada y, aún a riesgo de parecer una loca, vuelvo al aparcamiento y reviso que no hay luces encendidas, ni puertas sin cerrar, ni ventanillas abiertas.
¿Qué es lo que me falta? ¿Por qué continúo con la sensación de que hay algo que he pasado por alto y que más tarde lamentaré?
El día transcurre de la misma forma que había comenzado, con esa sensación tan fastidiosa de que de un momento a otro se puede abrir un vacío ante mis pies que me trague sin que haya sido capaz de encontrar la primera palabra de la frase que llevo noches pensando.