20 ago 2011

Al otro lado de la puerta

Es lo que más me gusta hacer cuando el local está vacío, me acerco a la puerta y observo la vida del exterior.
Me gusta imaginarme la historia de las personas que pasan por la calle, a cada uno le invento una completa: inicio, nudo y desenlace. Prefiero la tragedia y el drama, pero suelo inventar finales felices. Nadie tiene la culpa de que mi pesimismo congénito.
Ellos son superhéroes que salvan el mundo y conquistan a la dama; y ellas son triunfadoras maravillosas, con el mundo a sus pies.
... Sin embargo, alguna vez pasa alguien con la mirada tan triste que no puede evitarlo, su historia será una tragedia, con héroes, damas y dragones, pero sin final feliz.

17 ago 2011

La elección

Cada uno tiene sus motivos para levantarse y seguir luchando...
...si fuera un héroe yo también me levantaría.

16 ago 2011

Falsedad bien ensayada

A veces sabemos que los demás interpretan un papel y no nos importa.
Estudiamos nuestras propias actuaciones y nos creemos que somos mejores actores que los otros y que ellos no son conscientes de nuestra falsedad. Hay miles de motivos para interpretar un papel, ¿cuál es el tuyo?
Demasiada alegría, ¿profunda tristeza?; indiferencia ¿signo de responsable implicación?; rudeza, ¿miedo a la fragilidad?; ...
Ocultamos lo que creemos una debilidad, sin saber que probablemente sea nuestra mejor virtud.
Crees que conoces a alguien a través de lo que te muestra o de lo que intuyes que te oculta con su interpretación, pero siempre surge la duda: ¿realidad o teatro?
La solución no es pensar que todo es teatro, habría que dejar de interpretar el papel que nos estamos escribiendo con un guión sin argumento.
Pongo hielos en un vaso y abro un refresco sin burbujas y me paro a reflexionar: ya no sé cuándo empecé a interpretar un papel que me queda grande y del que perdí el guión. Por debajo de la puerta me pasan cada día unas líneas sobre las que he de improvisar una vida. Hoy no tenía ninguna nota, pero he recordado esta canción.


  

5 ago 2011

Gentes con alma

Después de tanto tiempo observando el mundo desde detrás de una barra en solitario, creo haber desarrollado un don especial para reconocer a las gentes con alma. Podría hablar de los cientos de tipos que pasan cada día sin levantar la vista de los cordones de sus zapatos, o de miles de señoras que no son capaces de ver a tráves del rímel de sus pestañas, pero hay otros que se paran:
Hay maestros y alumnos;
hay oradores y oyentes;
hay valientes y tímidos;
hay caballeros y dragones;
y hay damas en apuros
                            ...y guerreras sin antifaz.